“Expresarte” … la paleta de San Gregorio

Nos dimos una vueltita por San Gregorio de Polanco, capital del silencio y el color que atesora el Rio Negro, como si de una perla que el mar lejano le hubiese regalado se tratase.
San Gregorio luce como un fuertecito de arte y costumbres tranquilas con el río como fosa y tarariras inquietas en lugar de cocodrilos.
Expresarte es una agrupación civil de pensadores amantes del arte mas que de promotores o artistas; se saben el lienzo donde el color se despliega y ofician las veces de pinceles con tal de que el arco iris se dibuje en su cielo una tarde de Abril.
Mirá galerías y video reportaje a Liliana Tarigo , presidenta de Expresarte.

San Gregorio tiene forma de paleta de pintor. Es una peínsula, cuasi isla, redondeada con una única entrada por tierra a poco mas de 50 ktms de la ruta 5 y a unos 369 kmts de Montevideo.
Una balsa conecta mediante una balsa por río, con la ruta 43, que a su vez lleva a la ruta 6 a la altura de Sarandí del Yi por lo que desde Canelones se podría conectar sin tener que ir por Paso de los Toros y Cuchilla de Peralta, lo que ahorraría al visitante 100 kmts, ligándolo corredor de las sierras y por ende de la costa canaria y oceánica del país. Hoy, este tramo está a casi intransitable.
San Gregorio tiene además de sus atractivos naturales, que consisten en playas limpias, amplias y apacibles un acervo cultural al aire libre que lo hace el único museo de murales a cielo abierto y en breve esculturas e instalaciones en un parque destinado especialmente a ésta rama del arte plástica.
Siempre con buenas vistas al río y las aves de bañado que se suman al paisaje redondeado por el río y las paletas de las decenas de artistas que han dejado su obras en las casas y los muros de toda la ciudad.
La gurisada aprende a querer el arte que esta impregnado en sus pupilas y las cometas que remontan a sabiendas de que el viento faltará a la cita, por eso corren libres y rápido elevando las farolas mas allá de las copas de los plátanos estáticos esperando el chaparrón.
La gurisada aprende a querer el arte que esta impregnado en sus pupilas y las cometas que remontan a sabiendas de que el viento faltará a la cita, por eso corren libres y rápido elevando las farolas mas allá de las copas de los plátanos estáticos esperando el chaparrón.
El arte se camina, se pisa con temor porque de las calles y veredas mana el color como los yuyitos buscan la luz hasta que los propios vecinos los remueven como parte del mantenimiento de las obras que no registan casos de vandalismo ni graffitis como pasa en casi todas las ciudades del mundo.
Los jardines tiene la misma gracia de las flores que Van Gogh o Velázquez veían en los campos, la gente demuestra el entusiasmo de ser nativos haciendo a la naturaleza crecer armomiosa y soleada en sus balcones y canteros, pigmentando el aire de verde a pura fotosintesis.
El balneario están en plena construcción de su rambla, que será de una sentido y dará vueltas sobre el pueblo, siempre viendo el río que será contenido por el novedoso y moderno sistema de construccion anti erosión con piedras accoraladas en una red alambrada especial para evitar los desmoronamiento, tal como lo hizo Atlántida con el Águila que corría riesgo de derrumbe.
La novedosa modalidad de construcción le da un toque medieval y de pequeño fuerte amurallado desde el que se puede pescar con pique seguro de tararira o pejerrey según la hora y la temperatura del agua.
Así es la capital de la siesta, el silencio y el color.